¿Conocen ustedes el truco del burro y la zanahoria? Es un método sencillo que antiguamente utilizaban los agricultores para hacer andar al animalito, consiguiendo que este obedeciera dócilmente y sin detenerse. He aquí una imagen que lo ilustra claramente:
Con la llegada de la industrialización y el desarrollo de la sociedad de consumo, la población comenzó a agruparse en grandes núcleos urbanos, y fue entonces cuando a algún cerebrito pensante (que con toda probabilidad llevaba corbata) se le ocurrió la idea de adaptar y aplicar esta vieja técnica rural al ámbito de la gran ciudad:
Y así, llegamos hasta nuestros días. Para concluir con esta breve y simpática historia, les lanzo una pregunta: ¿Es lo mismo que te tomen por imbécil, o ser un imbécil? Tal vez la imagen del siguiente anuncio publicitario, extraido de un diario real como el que cualquier persona puede leer cualquier día, les ayude a responder al interrogante:
2 comentarios:
¿Un anuncio real? ¿En serio?
Me parece alucinante...
Así es. "Compro bien, me siento bien". El anuncio lo encontré en las páginas de un diario gratuito la semana pasada, y pertenecía a una conocida cadena de grandes almacenes española.
En esta entrada, como habrás podido comprobar, doy muchas vueltas con el cuento del burro y la zanahoria, porque no me atrevo a poner simplemente la foto del anuncio y valorar lo que éste provoca en mi aturdida conciencia. Y es que no sé qué me resulta más alarmante: la existencia de un anuncio publicitario de estas características (que toma abiertamente a las personas como consumidores subnormales, cuya única felicidad está en el dinero y los objetos que compran con éste)... o en el hecho de que a nadie parezca sorprenderle, extrañarle o indignarle la mera existencia de un anuncio así. Insisto, no sé qué me causa más espanto. ¿Realmente nuestras mentes están tan sometidas a la hipnosis colectiva? Miedo me da intentar responder a esta pregunta...
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