miércoles, 2 de mayo de 2012

Un secreto solo para atrevid@s (o para quienes quieran serlo)

Si te encuentras ante un dilema en tu vida, sea del tamaño que sea, primero actúa y luego piensa.

Cuando nos encontramos ante un cruce de caminos, o simplemente ante la necesidad de tomar una decisión -pequeña o importante-, nuestra tendencia natural suele ser pensar y repensar sobre las posibles consecuencias, dar innumerables vueltas sobre el mismo asunto, ahogarnos en una tormenta de dilemas. Así alentamos nuestra propia indecisión y nuestro miedo, y no permitimos que lo que tiene que suceder nos suceda, abriéndonos nuevos caminos y llenándonos de nuevas experiencias.

Puede tratarse de una llamada que tenemos miedo de hacer, una conversación que abordar, un trabajo que aceptar o rechazar, un alquiler que elegir, un viaje que emprender, una persona en quien confiar, un lugar donde vivir, un riesgo enorme que correr. Sabemos que tenemos que decidir algo, y estamos deseando hacerlo, pero nos embarga un miedo terrible a equivocarnos. Mientras lees estas líneas, puedes pensar en tus propias dudas, en tus propios dilemas respecto a acciones que debes tomar en este momento de tu vida. Este secreto que aquí se revela, es aplicable a todos ellos. Pero sus efectos auto-mágicos son mayores, más impresionantes y más beneficiosos para ti, cuanto más importante, arriesgada y difícil sea la decisión que debas tomar.

Atrévete a probarlo, una sola vez. Saca el coraje de donde sea, aniquila tus dudas y pensamientos, y actúa. Una vez que lo hayas hecho, puedes pensar y dudar cuanto quieras, pero los acontecimientos que te van a bendecir ya estarán en marcha, sin que puedas hacer nada para detenerlos (afortunadamente). Algunos de estos efectos no serán inmediatos, otros podrían parecerte un grave error en un primer momento. No importa. Ten paciencia, relájate, y observa... dentro de unas semanas, dentro de unos pocos meses o a lo sumo un año, volverás la vista atrás y sonreirás, feliz y comprensivo, con la forma que han tomado los acontecimientos, y el destino final al que esa cadena de sucesos te ha llevado.

Primero actúa y luego piensa. Pondrás en marcha a todo el Universo, y el Universo (que en realidad eres Tú Mism@) trabajará para ti.

3 comentarios:

Sheyimash dijo...

Gracias por tu comentario Álex (inintencionadamente lo he borrado mientras revisaba el blog, disculpas). Un saludo.

Anónimo dijo...

Otra vez, el publicista en conflicto consigo mismo, recibiendo otro golpe despertador. Así es Sheyimash.
¿Ya hiciste tú lo que dices en esta entrada? Por que si es así te pido de todo corazón me des la fórmula.
Un abrazo.

Sheyimash dijo...

A veces sí he conseguido hacerlo, y he comprobado en mi propia carne sus efectos. Eso es lo que trato de contar aquí. No es algo fácil, desde luego, y el miedo, que a todos los humanos nos acecha por uno u otro frente, siempre está ahí, latente, amenazando con paralizarte. Pero cuando consigues pasar por encima de él, la sensación de poder y libertad es enorme, y los acontecimientos que se desencadenan, y que en ese momento no puedes ni siquiera imaginar, terminan por llevarte a buen puerto. Es todo lo que puedo decirte, pues no soy maestro en nada más que en aprender y practicar en la vida a base de ensayo y error. Somos pequeños, pero ahí reside nuestra grandeza. ¡Un saludo!