Una de las proclamas más escuchadas en las calles en el contexto de lo que se ha dado en llamar la "Spanish Revolution" o el movimiento del 15-M, declara: "No es la crisis, es el sistema". Queriendo con ello evidenciar, que los problemas que en este momento acucian a la sociedad no son debidos a "la crisis" o a "una crisis" temporal en particular, sino a la estructura misma del sistema por el cual nuestra sociedad occidental se rige. Aquello que se ha construido en base a una escala de "valores" totalmente demenciada y torcida, evidentemente jamás va a producir muy buenos resultados. Y eso es lo que venimos viendo desde hace décadas en los países ricos o industrializados, en las sociedades de masas y de consumo. Mientras asistimos a ello, "algo" dentro de nosotros se mueve y se rebela, pues sabemos que esta forma de organizar el mundo y la vida está profundamente equivocada (y lo sabemos aun cuando nosotros mismos colaboramos y estamos metidos en ella hasta el cuello).
"No es la crisis, es el sistema". Estos movimientos ciudadanos que ahora se están dando en España, pero también en otros países, y que se extienden igualmente por innumerables corrientes de pensamiento, de arte, sociales o espirituales a lo largo del mundo en estos momentos de la historia, nos anuncian que ese demencial "sistema" está llegando a su fin, que los "ladrillos" que lo componen están llenándose de grietas y tambaleándose en sus posiciones, anticipando un inminente derrumbe.
Sigamos unidos, todas las personas, todos los pueblos del mundo, pensando, creyendo, creando, actuando e inspirándonos unos a otros. Ya queda menos...